Nuestro objetivo es mejorar las competencias emocionales y sociales de los niños, cuanto más pequeños mejor. ¿Por qué? Porque sabemos que el desarrollo sano y el bienestar psicológico dependen en gran medida de estas dos variables. Saber gestionar las emociones y ser competente en el plano social son fundamentales para ser feliz.
Empezamos a trabajar con niños de 2 años porque los primeros años de vida son muy plásticos. Esto significa que las redes neuronales, que luego se expresan a través de conductas y hábitos, se están construyendo. Los tres primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo posterior. Cuanto antes empecemos, mejor.
Hemos trabajado con centros de Educación Infantil y Primaria, formando al profesorado e implantando el programa en las aulas para comprobar su eficacia. Nuestros resultados son claros: cuando se enseña a los niños a gestionar las emociones, a ser empáticos y amables, muchas cosas mejoran. Nuestro objetivo es que los niños integren esta arquitectura para poder construir una sociedad mejor.
Pensando las emociones con atención plena 